I Santi, Sacerdotes y papas: los mortales comunes
“No llames a nadie en la tierra tu padre, porque solo uno es tu padre, lo que hay en el cielo.”
(Matteo 23:9)
¿Por qué nos dirigimos a los sacerdotes con la palabra “Padre” y todavía, porque existe la figura del Papa que significa precisamente “Padre”?
Las escrituras dicen:
“Adora al Señor tu Dios y solo adóralo a él”(Matteo 4:10)
Ahora bien, si queremos escalar los espejos y justificar el pecado de idolatría que Dios condena en el segundo mandamiento, abolido deliberadamente del catecismo católico, hagámoslo también, pero si queremos estar seguros de que solo estamos sirviendo al Señor, debemos tener cuidado de justificar las prácticas que van en contra de la voluntad de Dios..
El segundo mandamiento dice:
“No permita que la escultura, ni ninguna imagen de las cosas que están allá arriba en el cielo o aquí abajo en la tierra o en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás;, porque, Jehová, tu Dios, Soy un Dios celoso; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y el uso de la bondad, hasta la milésima generación, hacia los que me aman y guardan mis mandamientos.”(éxodo 20:4-6)
Un día un centurión romano, inmensamente agradecido al apóstol Pedro por haber recibido de él el mensaje de salvación del Evangelio, ella se arrodilló frente a él para agradecerle, pero Peter le hizo ponerse de pie, decir: “Levantarse, Yo tambien soy un hombre” (actas 10:25-26).